Cada 8 de diciembre, millones de católicos en todo el mundo celebran con solemnidad el día de la "Inmaculada Concepción de María". Procesiones, misas y hasta fiestas patronales honran este concepto, que la mayoría de los fieles confunde con una simple "advocación" de la Virgen María, como la Virgen de Guadalupe o la Virgen de Fátima. Incluso hay muchas poblaciones y localidades en España, Hispanoamérica y hasta en Filipinas y Guinea Ecuatorial, que llevan el nombre de “Concepción”, en honor a la Inmaculada Concepción de María. Y muchos de estos lugares tienen el 8 de diciembre como su fiesta patronal. Como también hay personas que recibieron de sus padres el nombre de “Concepción”. Sí, aún sin entender nada lo que esto significa.
Pero, ¿qué significa realmente "Inmaculada Concepción"? Muchos cristianos creen que se refiere al supuesto nacimiento virginal de Jesús, pero están completamente equivocados; no se refiere a Jesús, sino a María. Veamos: En primer lugar, la frase "Inmaculada Concepción" no es un título otorgado a María, es una condición atribuida a ella. Comencemos por desglosar esas palabras:
- Concepción es sinónimo de fertilización o fecundación, es decir, la unión de un óvulo y un espermatozoide humanos. Este proceso biológico ocurre normalmente en las trompas de Falopio, dos conductos que conectan los ovarios con el útero, y da lugar a una célula llamada cigoto, la primera etapa del desarrollo embrionario.
- Inmaculada significa sin mancha, limpia, pura, impecable.
Por tanto, "Inmaculada Concepción" es equivalente a "Fertilización Limpia" o "Fecundación Pura", términos que parecen más apropiados para una charla sobre técnicas de laboratorio que para una celebración religiosa.
Pero entonces, ¿a qué se refiere este dogma? La "Inmaculada Concepción" no tiene nada que ver con la concepción y nacimiento de Jesús, como muchos erróneamente creen. Se refiere a que María, la madre de Jesús, fue concebida por sus padres sin transmitirle el “Pecado Original”. En otras palabras, cuando Joaquín, el padre de María, embarazó a Ana, su esposa, para que naciera María, “Dios” intervino misteriosamente para que no se le transmitiera esa “mancha” ancestral que es consecuencia de un supuesto “pecado de desobediencia” cometido por Adán y Eva.
Y surge aquí una pregunta: ¿Qué significa entonces una concepción “limpia” o “pura”? ¿Acaso Joaquín y Ana tuvieron relaciones en un quirófano esterilizado? ¿Se bañaron antes con jabón antibacteriano? … ¡Claro que no! La limpieza no era física, sino “metafísica”, “espiritual”, o algo así. Según los autores de este absurdo dogma, María, por una concesión especial de “Dios”, fue eximida del “Pecado Original”, esa supuesta culpa o “mancha” hereditaria transmitida por Adán y Eva, quienes, por cierto, jamás existieron, como lo ha demostrado sobradamente la ciencia.
Así es, ese enfermizo concepto del "Pecado Original" que es la base del cristianismo, ha quedado totalmente desacreditado por la evolución biológica, que ha demostrado que la humanidad no proviene de ninguna pareja fundamental, sino de una larga línea de ancestros primates. Y el problema es que sin Adán y Eva no hubo “Pecado Original”. Pero además, según la Biblia, debido a la desobediencia de Adán y Eva el pecado entró en el mundo (Romanos 5:12), y después vino Jesús al mundo a salvar al hombre del pecado (1 Timoteo 1:15). Por tanto, si Adán y Eva no existieron, el pecado no existe, y el profeta Jesús realemte vino al mundo para implementar su agenda progresista de nuevas leyes desafiando al conservadurismo judío. ¡En fin! ¡Cosas absurdas del cristianismo!
Pero ocurre algo más: resulta que las relaciones íntimas de pareja han sido vistas tradicionalmente por los cristianos y por el dios bíblico como algo “sucio”, “inmundo”, “pecaminoso” (ver Levítico 15:18), e incluso vergonzoso, al grado de que la Biblia utiliza el eufemismo “conocer” para referirse al coito humano (Génesis 4:1,17,25). Por lo que les fue fácil asociar el “Pecado Original” con el acto conyugal. Así, Agustín de Hipona, uno de los grandes padres y pensadores de la Iglesia, llegó a especular que el semen masculino era el portador del pecado. Y bajo esta lógica, cualquier humano concebido por una unión de pareja, estaba inevitablemente contaminado.
Pero entonces había un dilema: cuando el cristianismo decidió que Jesús era el Hijo de “Dios”, surgió un problema teológico: si María había nacido con el “Pecado Original”, eso la hacía “impura” y, por extensión, hacía a Jesús menos divino. ¿Cómo solucionarlo? Fácil: inventaron un dogma. El 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX emitió la bula Ineffabilis Deus, declarando que María fue concebida "sin pecado original". ¿Pruebas? Ninguna. ¿Argumentos? Tampoco. Pero en la Iglesia, cuando un papa habla ex cathedra, cualquier absurdo se convierte automáticamente en verdad indiscutible.
Lo curioso es que hoy en día la Iglesia Católica acepta la evolución como un hecho, lo que significa, como dijimos, que el Pecado Original es sólo un mito. Sin embargo, los fieles continúan celebrando la “Inmaculada Concepción” como si tuviera algún sentido. Y muchos lugares y personas continúan llamándose “Concepción” (no Fertilización o Fecundación, que es lo mismo). Porque obviamente la Iglesia confía en la ignorancia y falta de curiosidad de sus seguidores, quienes repiten sus rituales y tradiciones sin cuestionar su origen o coherencia.
En fin, la “Inmaculada Concepción” es un ejemplo perfecto de cómo las religiones se inventan dogmas para solucionar problemas creados por sus propios mitos. Pero es también un recordatorio de la facilidad con que los líderes religiosos manipulan conceptos científicos y filosóficos para perpetuar su control sobre las masas.
Así que cada 8 de diciembre, cuando escuches sobre la "Inmaculada Concepción", recuerda que te están hablando de una "Fertilización Limpia" o "Fecundación Pura", un disparate diseñado para evadir preguntas incómodas, y mantener viva una narrativa que desafía tanto la razón como la realidad.
[Godless Freeman]
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