José Aurelio Zamalloa Baez afirma enfáticamente, refiriéndose a la supuesta existencia de entes omnipotentes, ya sean malévolos, benévolos o neutrales: "Nadie puede hablar de lo que existe y no quiere darse a conocer, teniendo el poder para ello, ya que todos desconocen cómo es él, ella o ellos y de que está(n) hecho(s). Supongamos que estos entes existan, si no se manifiestan, es obvio que no desean que nadie sepa que existen, ergo, la creencia en ellos es irrelevante.
En consecuencia, solo preocúpate en ser una buena persona para que estas supuestas divinidades no tomen la decisión de sancionarte, de hecho, ellos no van a tener el mismo criterio que el tuyo, que te imaginas que te van a perdonar. Si los dioses son justos, tienen que castigar para evitar la impunidad, pero no con el infierno, sino de otra manera y acorde a la magnitud de la falta. Si piensas así, te abstendrás de hacer el mal, pero si te inventas un dios tonto que perdona todo, entonces, serás un pecador permanente.
La mentira es un engaño, incluso si todos la toman como certeza. La verdad es una certeza, incluso si todos la toman como falacia. Prefiero caminar solo por el camino de la verdad... que seguir las creencias de los esclavizadores mentales (judaísmo, cristianismo e islamismo), que al no tener evidencias, te chantajean con el patético infierno y te sobornan con el supuesto paraíso para que creas en algo que a nadie le consta que existe."
José Aurelio Zamalloa Baez plantea una pregunta fundamental sobre la naturaleza de lo divino y la posibilidad del conocimiento humano al respecto. Su declaración se centra en la idea que si existe un ser supremo o deidades que poseen el poder de darse a conocer, pero eligen no hacerlo; entonces, el conocimiento de su existencia y naturaleza permanece fuera del alcance de la humanidad.
La reflexión de José Aurelio Zamalloa Baez plantea las siguientes cuestiones:
* La naturaleza de lo incognoscible: Si existe un ser o seres que eligen permanecer ocultos, entonces, su existencia y naturaleza son inherentemente incognoscibles para la humanidad. Esto se debe a que cualquier conocimiento de lo divino dependería de la revelación o manifestación de ese ser, y si este no desea revelarse; entonces, el conocimiento se vuelve imposible.
* Limitaciones del conocimiento humano: La declaración de José Aurelio Zamalloa Baez también resalta las limitaciones del conocimiento humano. Sugiere que los humanos solo pueden conocer aquello que se revela o se manifiesta a través de la experiencia y la observación. Si existe una realidad que trasciende estas limitaciones, entonces permanece oculta a nuestra comprensión.
* La naturaleza del poder divino: La reflexión plantea preguntas sobre la naturaleza del poder divino. Si existe un ser supremo con el poder de darse a conocer pero elige no hacerlo, esto sugiere que la libertad y la autonomía son atributos esenciales de la divinidad. También plantea la cuestión de si la divinidad tiene alguna obligación de revelarse a la humanidad.
* Implicaciones para la religión y la fe: La declaración de José Aurelio Zamalloa Baez tiene implicaciones significativas para la religión y la fe. Si la existencia y naturaleza de lo divino son incognoscibles; entonces, la base de muchas religiones y sistemas de creencias se vuelve incierta. Se cuestiona la validez del conocimiento que afirman poseer las religiones sobre ello.
En resumen, la reflexión de José Aurelio Zamalloa Baez plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza de lo divino, las limitaciones del conocimiento humano y las implicaciones para la religión y la fe. Su declaración nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de lo incognoscible y la naturaleza del poder divino.
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